viernes, 28 de agosto de 2009

Durante las constantes evoluciones en las que el ser humano ha estado inserto en el planeta tierra, se le ha permitido crear un mundo real y confiable a través de lo que hoy conoce como “cuento”, el cual se puede demostrar con libros y poemas, para cuando lo lea, se sienta identificado con esa historia.
Entendamos la idea de llamar ser humano, al hombre que esta inserto en un tiempo y espacio determinados, lo cual se diferencia de los demás animales, que viven en la inocencia, pues el hombre es el inventor de sí mismo, vive en medio de la historia que el mismo se cuenta, por lo que si es aislado de este invento no alcanza plenamente a ser llamado como tal.
De esta manera lo podríamos llamar “animal histórico” pues vive de una historia, que va cambiando en el sentido que tiene un pasado.
Es por esto que el hombre toma conciencia y observa su realidad para conocer el límite del pensamiento, pero que sin dudas siempre ha vivido en un engaño, en una irrealidad que el mismo crea, pero que a la vez este hombre se siente cómodo y seguro en ella. Y que a raíz de este “engaño” caemos en dos fuerzas contradictorias del proceso del hombre, donde se ha descubierto la belleza de un mundo abstracto, qué nos lleva a darnos cuenta de la precariedad de la vida y nos hace caer en un mundo insoportablemente plano, pues piensa que la comodidad es algo absolutamente natural, y es en ese momento que se despega de la realidad de la condición humana, nos convertimos en consumidores de las generaciones humanas, la generación del hombre contemporáneo del siglo XX.
A través de las diferentes luchas en las que el hombre ha estado inserto, la historia de la que hablamos se ha ido nutriendo hasta llegar a una crisis, una ruptura de pensamientos, que se ve fielmente reflejada con el cristianismo, cuando surge la moral de la derrota, pues emerge una figura espantosa que reemplaza al maestro, el sacerdote. Donde se hizo creer que nosotros los humanos somos cobradores de la culpa de los demás, que nos hizo caer en una incertidumbre tal que nació la idea de sentirse derrotado para que alguien más nos solucionara nuestros problemas y esencialmente “nos sanara” de un pecado, por lo que el hombre de a poco fue cayendo en un hipocresía que en vez de afirmarse ante sus propias decisiones, sirvió ante estos poderes, con esto afirmo que toda esta hipocresía de la que se habla finalmente, es la misma que ha destruido el pensamiento genuino de lo que es Dios.
Por otro lado, la política asimismo nos llevo a otra gran ruptura, pues el hombre siempre se ha visto gobernado por alguien que tuviera más poder en sus manos, por lo que Marx expone una estrategia para cambiar este poder que tienen los propietarios con respectos a las riquezas, y propone que todos los trabajadores sean dueños del capital y de su propia riqueza, se requiere una movilización para que los trabajadores se unan y luchen por sus derechos, pero la revolución de Marx no se puede llevar a cabo, porque se iba a dejar tanto poder sobre los “pobres” que finalmente iban a perder su fuerza revolucionaria, y por esa parte se equivoco, al pensar que la clase política intelectual iría a realizar una revolución, porque con esto se crearían mayores condiciones de libertad, aunque se logro que la riqueza se distribuyera de una manera más equitativa, y de esta manera el proletariado comienza a burguesarse.
La sociedad se acostumbró a vivir con instituciones que le dieran un orden a la sociedad, donde la organización se transformo en la tranquilidad de la humanidad, y con ello nace el capitalismo que fue silenciosamente insertándose y dando forma al mundo moderno de hoy, donde la naturaleza se transformo en un recurso disponible para darnos comodidad, por lo que necesariamente surge un hombre nuevo, con un cambio fundamental en lo que es el trabajo productivo y en la producción de la riqueza. Se le impone la industria, donde vemos y nos damos cuenta que los viejos valores, creencias y actitudes se alejan de nuestra esencia, y lo único que hace es crear y crear más riquezas, se olvida del cuento que estaba contando, para producir más comodidades, destruyendo la tierra.
Por lo que caemos en que el hombre quiere comprender la realidad y manejarla de acuerdo a sus intereses individualistas y capitalistas, ya no hay más hombres sólo profesiones.
Es de esta manera que nos damos cuenta que sucumbimos en lo que es caer en la mentalidad plana del hombre, porque en medio de sus afanes, el hombre ya no se detiene a pensar lo que hace y diga el interior de su ser, si no que al contrario, se olvida de que existe ese mundo abstracto del que tanto hablo, pues sólo nos encontramos con la eficiencia y materialidad.
El hombre de hoy, ya no vive de la sencillez, las sensaciones son demasiado corrientes para extrañarse, porque no se fija en lo simple que nos entrega la vida.

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